En Cuenca

Lunes 25

Me levanté y desayuné. Me miré el rumano y le dije si estaba seguro de que quería acompañarme hasta Cuenca. Le conté que no quería pasar por la nacional sino que quería ir por la Sierra de Albarracín. El me dijo que si que quería venir y bueno al final partimos juntos. Pasemos por el supermercado donde compré un poco de comida para los 2 ya que él no tenía nada, almenos para aguantar 2 o 3 días hasta llegar a Cuenca.

Durante toda la mañana fuimos andando (a las bajadas los subía a la bici para avanzar más rápido).

Sobre las 15.00 de la tarde, cada vez veía menos factible seguir a ese ritmo y terminé por decirle que no podía entretenerme tanto. Le di todo el pan que había comprado y un paquete de galletas de chocolate y le dije que estaría en Albarracín hasta el día siguiente. A las 17.00 llegué a Albarracín, nombrado uno de los pueblos más bonitos de España. Al entrar al pueblo no vi nada de especial y pensé que no sabía apreciar lo que se considera un pueblo bonito pero cuando entré más hacia adentro, entonces lo entendí.

Estuve dándome una vuelta y informándome de donde podía pasar la noche.

Al final terminé en un camping que estaba medio cerrado, donde el recepcionista me dejo acampar gratuitamente debido a que no tenían ni agua caliente, ni ningún servicio disponible. En todo el camping solo había una caravana de una pareja de franceses y yo. Monté la tienda, lo deje todo allí dentro y salí a dar una vuelta con la intención de encontrarme el rumano. Al final oscureció y no tuve más remedio que volver al camping porque me estaba helando de frío.

Martes 26

Que frío que hace… Hasta que no salga el sol no saco ni la mano de dentro el saco aunque tenga las galletas a 50 cm de mi.

El césped estaba todo helado y se podían apreciar algunas hojas transparentando la tela de la tienda. Cuando salí de la tienda, me acerqué a la caravana y con mi francés de novato y alguna que otra seña, les dije si me podían cargar el teléfono un rato mientras lo recogía todo. Me dijeron que no tardarían en irse pero que no había ningún problema. Mientras recogía la tienda, salió la mujer de dentro la caravana con una taza de café caliente para mi y con un mapa para que le dijera de donde venía y hablamos un poco. Al cabo de 1 hora nos fuimos todos. Estuve dando una vuelta más por el pueblo y sobre las 11.00 inicié la marcha. Cogí una carretera de montaña muy bonita donde apenas pasaban coches.

Llegué a Calomarde donde vi una cascada casi congelada.

Seguí avanzando hasta llegar a un pueblo llamado Frías de Albarracín donde ya se podía contemplar como la nieve iba apareciendo cada vez más.

Visto el frío que hacía por allí y que ya se acercaba la tarde, pensé en ir un poco más rápido y salir de la Sierra lo antes posible o ya me estaba viendo pasando la noche por allí.

Pasé por el nacimiento del río Tajo.

Luego empecé a subir el puerto de El Cubillo (1617m) y una vez arriba ya dejé la Sierra de Albarracín (Teruel) y empecé el descenso por la Sierra de Cuenca (Castilla La Mancha).

Durante el camino, todo el rato iba mirando entre los árboles con la ilusión de encontrarme un ciervo, pero no se veía ninguno. Pues fue comenzar a bajar la Sierra y comencé a ver alguno por la carretera. Todos los que vi eran hembras. Alguien me dijo que 1 de cada 10 crías salen macho y se sabe que son machos porque tienen cuernos. La verdad que me a sido bastante complicado hacer fotos a los ciervos.

Sobre las 16.30 de la tarde a unos 30 Km de Uña, vi alguien andando por el arcén i digo no puede ser posible que sea él. Pues si señor el rumano estaba allí andando dirección Cuenca a un ritmo frenético. Cuando lo vi, le di agua y más comida. Yo no se como se lo hizo pero estuvo durmiendo al raso toda la noche y en 2 días prácticamente se recorrió de Teruel a Cuenca a pata. A las 17.20 a 25 Km de Uña tuve que dejarlo  porque estaba oscureciendo. Poco después de dejarlo me encontré un jabalí andando por el arcén y más ciervos. Se me oscureció a 7 Km de Uña y a partir de entonces eso fue un festival de ciervos. Veía su silueta corriendo por todas direcciones, se escuchaban pisando el asfalto, incluso olían después de que se escaparan. La verdad que al no estar acostumbrado, tenía unas ganas de llegar al pueblo… no quería pasar la noche entre tanto animal suelto en medio de la montaña. Al final llegué, me metí en un bar y pregunté si había algún sitio para dormir. Aquella noche acabé pagando un albergue debido al frío. Dejé las cosas allí, me enseñaron donde estaba todo y me fui a la habitación. Para ir de la habitación al lavabo tenía que salir de una caseta para entrar a la otra y por el camino oía más ciervos. Me contaron que los ciervos se meten dentro del pueblo y se comen las plantas de los vecinos. Al final me calentaron la habitación con fuego de leña y me acosté. Durante la noche iba escuchando el crujido de la leña como se iba consumiendo.

Miércoles 27 

Aproveché para dormir hasta las 11.00 de la mañana. Recogí mis cosas y me despedí de la gente del albergue. Estaba a 35 km de Cuenca. A los 8 km me encontré la carretera cortada por obras y tuve que coger un pequeño desvío pasando por la ciudad encantada, un lugar conocido por las formas que tienen las piedras a causa de la erosión. A unos 6 km de Cuenca, llegué a un cruce donde había un carril bici hasta entrar a Cuenca. Una vez llegué, comí un poco y me fui a los afueras de la ciudad en busca de una urbanización donde quedé con Hernán, el chico que me ofreció alojamiento hasta domingo. Una vez nos encontremos, dejé todas las cosas, me duché y nos fuimos a Cuenca a un rocódromo donde todos los miércoles de final de mes la entrada es gratuita. La verdad que estuvo muy bien. Después fuimos a una reunión de Couchsurfers que organizan todos los miércoles en un bar de la zona y estuvimos tomando algo y hablando.

En Cuenca es muy común que te sirvan unas tapas cuando pides algo para beber lo que yo no lo sabía ya cuando trajeron la tapa yo pensé que alguien se había pedido algo para comer hasta que alguien me dijo que si me podía coger una patata y yo entonces deduje que aquello era para mi. Después de unas cuantas horas, ya nos fuimos a su casa a dormir.

Jueves 28 y Viernes 29

El Jueves y Viernes estuve con Hernán viendo las famosas casas Colgadas (no les gusta que les digan casas colgantes), la Catedral, el Ayuntamiento, me mostró la plaza donde la gente suele beber por la noche y las calles por donde suelen salir, me contó algunas historias sobre la ciudad (alguna que otra inventada, él ya sabe de lo que hablo), fuimos de tapas, a ver algún concierto, en fin, vi un poco toda la ciudad.

Sábado 30

Por la mañana cogimos las bicis y nos fuimos a dar una ruta en bici por los alrededores de la urbanización en la montaña. Me enseñó algunos frutos del bosque que se podían comer y como diferenciarlos de otros que se pudieran parecer. Pasemos una mañana tranquila. Por la tarde fuimos con más gente al centro comercial donde hacían un concierto de música celta. Toda la gente que conocí fue muy simpática.

Debo decir que recibí una llamada de alguien de un foro de viajes en bicicletas en que estoy metido ( http://www.rodadas.net/foro ) para preguntarme como me iba el viaje y para darme ánimos GRACIAS ISMAEL! y después del concierto nos fuimos a tomar algo. Como Hernán y yo no habíamos cenado nos comimos unas hamburguesas con lechuga, tomate, cebolla y huevo. Estuvimos toda la noche con un buen aliento de cebolla de fiesta hasta las 5.00 de la madrugada.

Tengo que decir que he estado muy a gusto en Cuenca. HERNÁN, eres un tío cojonudo, me lo he pasado muy bien y espero que nos volvamos a ver ni que sea por las fiestas de Teruel. Y ya sabes que si algún día vienes por Tarragona serás bienvenido. Y dile a tu madre que muchas gracias por todo.